Por dió, son las 01:53 de la madrugada del domingo (ay pero qué programa tan cool el mío…) y desde las 23 hs estoy tratando de bajar un par de MP3, ocuparme de atender mi blog, mirando mis stats, mi correo, links sugeridos de del.icio.us, y buscando un par de cosas en Google. Y el FireFox se congeló varias veces, seguramente se sintió saturado. Epa che! estamos en el siglo XXI, esto debería ser de lo más normal para cualquier internauta de medio pelo. Pero parece que no, hacer más de tres cosas al mismo tiempo satura la memoria y la bajada de internet se vuelve tan lenta como en los tiempos del Trumpet.
Oia, se acuerdan del Trumpet? Ese programejo que teníamos que usar con el Windows 3.11 como paso previo para conectarnos a Internet. Por dió, aquéllos sí que habían sido tiempos difíciles. Claro, ustedes los jóvenes de 20 años para abajo no tienen ni idea. Conectarse a internet en aquellos días era mas o menos como conjurar un hechizo al estilo Harry Potter, había que tener una serie de elementos listos para poder disfrutar de la conexión. Primero que nada, tenías que tener una Pentium por cuestiones de velocidad, porque una 486 ya era considerada una chatarra vieja. Segundo, había que tener un buen módem, en ese entonces era un caño el de 56 kbps, interno o externo. Tercero, había que descargarse varios programas que el Windows no traía (por lo general venían con los CDs de las revistas de computación extranjeras, cuando estaban de moda los CDs), entre ellos el ya nombrado Trumpet, el Internet Explorer o el Netscape. Y cuarto, había que tener un número de acceso (si era local mejor), y en ese entonces había que pagar para poder hacer uso de Internet, eso más el costo del llamado telefónico, por eso lo mejor era pedir «prestado» el usuario y contraseña de alguna empresa. Si alguien ya estaba conectado con ese user+pass, ningún otro podía hacerlo hasta que el primero terminara su sesión. El panel de configuración traía un montón de opciones inteligibles que sólo los licenciados en sistemas nos podían traducir. Una vez que el trumpet «enganchaba», recién ahí lo minimizabas y podías abrir el navegador. Y que lentas y feuchas que eran las primeras páginas web por dió, no existía el estilo, abundaban los títulos tipo «marquee» o «blink», y nos quedábamos boquiabiertos con sólo ver un gif animado de algún logo en 3D. Otro dato, lo mejor era conectarse de noche porque así no gastabas tanto en pulsos telefónicos.
Pero en este preciso momento, 14 años más tarde y con todos los adelantos que nos han sucedido desde entonces, tengo una PC mas o menos polenta, un monitor LCD y una conexión ADSL de 512, pero es tan lenta que parece un dial-up, y encima me tengo que conectar de noche porque de día es casi imposible, cualquier sitio de morondanga tarda un huevo en cargar.
Y si alguno tiene dudas, nostalgia o un poco de curiosidad, aquí encontré un tutorial sobre internet en el que explica con detalle el procedimiento correcto de aquel entonces para conectarse a Internet y sentirse parte del futuro.
Y ahora mejor me voy a dormir, sean felices y sepan que no todo tiempo pasado fue mejor, hay ocasiones en las que el futuro nos ha engañado vilmente y sigue siendo más de lo mismo, y encima más caro… qué lo tiró!
-·*’°§ PörTeña §°’*·-.